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37
Este salmo es un poema acróstico hebreo: cada estrofa comienza con una letra del alfabeto hebreo en forma consecutiva.
Salmo de David.
1No te inquietes a causa de los malvados
ni tengas envidia de los que hacen lo malo.
2Pues como la hierba, pronto se desvanecen;
como las flores de primavera, pronto se marchitan.
3Confía en el Señor y haz el bien;
entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.
4Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón.
5Entrega al Señor todo lo que haces;
confía en él, y él te ayudará.
6Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer,
y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía.
7Quédate quieto en la presencia del Señor,
y espera con paciencia a que él actúe.
No te inquietes por la gente mala que prospera,
ni te preocupes por sus perversas maquinaciones.
8¡Ya no sigas enojado!
¡Deja a un lado tu ira!
No pierdas los estribos,
que eso únicamente causa daño.
9Pues los perversos serán destruidos,
pero los que confían en el Señor poseerán la tierra.
10Pronto los perversos desaparecerán;
por más que los busques, no los encontrarás.
11Los humildes poseerán la tierra
y vivirán en paz y prosperidad.
12Los malvados conspiran contra los justos;
les gruñen de manera desafiante.
13Pero el Señor simplemente se ríe,
porque ve que el día de su juicio se acerca.
14Los perversos sacan sus espadas
y ponen cuerdas a sus arcos
para matar al pobre y al oprimido,
para masacrar a los que hacen lo correcto.
15Pero sus espadas atravesarán su propio corazón,
y se les quebrarán los arcos.
16Es mejor ser justo y tener poco
que ser malvado y rico.
17Pues la fuerza de los malvados será destrozada,
pero el Señor cuida a los justos.
18Día a día el Señor cuida a los inocentes,
y ellos recibirán una herencia que permanece para siempre.
19No serán avergonzados en tiempos difíciles;
tendrán más que suficiente aun en tiempo de hambre.
20Pero los perversos morirán;
los enemigos del Señor son como las flores del campo,
desaparecerán como el humo.
21Los perversos piden prestado y nunca pagan,
pero los justos dan con generosidad.
22Los bendecidos por el Señor poseerán la tierra,
pero aquellos a quienes él maldice, morirán.
23El Señor dirige los pasos de los justos;
se deleita en cada detalle de su vida.
24Aunque tropiecen, nunca caerán,
porque el Señor los sostiene de la mano.
25Una vez fui joven, ahora soy anciano,
sin embargo, nunca he visto abandonado al justo
ni a sus hijos mendigando pan.
26Los justos siempre prestan con generosidad
y sus hijos son una bendición.
27Aléjate del mal y haz el bien,
y vivirás en la tierra para siempre.
28Pues el Señor ama la justicia
y nunca abandonará a los justos.
Los mantendrá a salvo para siempre,
pero los hijos de los perversos morirán.
29Los justos poseerán la tierra
y vivirán allí para siempre.
30Los justos ofrecen buenos consejos;
enseñan a diferenciar entre lo bueno y lo malo.
31Han hecho suya la ley de Dios,
por eso, nunca resbalarán de su camino.
32Los malvados esperan en emboscada a los justos,
en busca de una excusa para matarlos.
33Pero el Señor no permitirá que los perversos tengan éxito
ni que los justos sean condenados cuando los lleven a juicio.
34Pon tu esperanza en el Señor
y marcha con paso firme por su camino.
Él te honrará al darte la tierra
y verás destruidos a los perversos.
35He visto a gente malvada y despiadada
florecer como árboles en tierra fértil.
36Pero cuando volví a mirar, ¡habían desaparecido!
¡Aunque los busqué, no pude encontrarlos!
37Miren a los que son buenos y honestos,
porque a los que aman la paz les espera un futuro maravilloso.
38Pero los rebeldes serán destruidos;
para ellos no hay futuro.
39El Señor rescata a los justos;
él es su fortaleza en tiempos de dificultad.
40El Señor los ayuda;
los rescata de los malvados.
Él salva a los justos,
y ellos encuentran refugio en él.
Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, copyright © 2010 by Tyndale House Foundation. Used by permission of Tyndale House Publishers, a Division of Tyndale House Ministries, Carol Stream, Illinois 60188. All rights reserved.