2Enseguida Booz llamó a diez líderes del pueblo y les pidió que se sentaran allí como testigos.

3Entonces Booz le dijo al redentor de la familia:

4Pensé que yo debía hablar contigo para que pudieras redimir la tierra si deseas hacerlo. Si quieres la tierra, entonces cómprala ahora en presencia de estos testigos. Pero si no quieres la tierra, házmelo saber ahora mismo, porque, después de ti, soy el pariente más cercano para redimirla.

5Entonces le dijo Booz:

6—Entonces no puedo redimir la tierra —respondió el pariente redentor— porque esto pondría en peligro mi propia herencia. Redime tú la tierra; yo no lo puedo hacer.

7En esos días era costumbre en Israel que cualquiera que transfiriera un derecho de compra se quitara la sandalia y se la entregara a la otra parte. Esto hacía válida la transacción de una manera pública.

8Entonces el otro redentor de la familia se quitó la sandalia mientras le decía a Booz:

9Entonces Booz les dijo a los ancianos y a la gente que estaba alrededor:

10Además, junto con la tierra adquirí a Rut, la viuda moabita de Mahlón, para que sea mi esposa. De este modo ella podrá tener un hijo para que el nombre de la familia de su difunto esposo continúe y herede aquí, en su pueblo natal, la propiedad de su familia. Hoy todos ustedes son testigos.

11Entonces los ancianos y toda la gente que estaba en la puerta respondieron:

12Y que el Señor te dé descendientes por medio de esta joven que sean como los de nuestro antepasado Fares, el hijo de Tamar y Judá.

16Entonces Noemí tomó al niño, lo abrazó contra su pecho y cuidó de él como si fuera su propio hijo.

17Las vecinas decían: «¡Por fin ahora Noemí tiene nuevamente un hijo!». Y le pusieron por nombre Obed. Él llegó a ser el padre de Isaí y abuelo de David.

18Este es el registro genealógico de su antepasado Fares: